Hay recetas que han revolucionado el mundo de la repostería, que han pasado a la historia e incluso se han convertido en símbolos culturales. Sin duda, el algodón de azúcar encaja a la perfección en esta línea que, tras más de un siglo de existencia, no ha perdido ni un ápice de su aura, y sigue siendo hoy muy popular en todo el mundo. .
Especie de filamentos de azúcar envueltos alrededor de un palito, el algodón de azúcar tiene una forma bastante original, y una receta de preparación fuera de lo común. Esta peculiaridad hace curiosa la historia de la creación de esta legendaria repostería, que a más de uno le gustaría conocer. Hoy nos centraremos en el contexto histórico de la invención del algodón de azúcar, así como en las diferentes evoluciones que ha sufrido durante su existencia.
Tennessee, cuna del algodón de azúcar
Fue en 1820, en el estado estadounidense de Tennessee, que dos hombres estuvieron en el origen de la invención del algodón de azúcar. Se trata de John Wharton, pastelero de profesión, así como de William Morrison, dentista de profesión, pero que también acumuló otras profesiones, como la de abogado, escritor y otras.
Los socios intentan teorizar un manjar que contenga relativamente poca azúcar, hasta que piensan en formar una bola algodonosa alrededor de un palo. En realidad, los dos hombres se inspiran en historias culinarias que datan del siglo XV, de origen italiano, y mencionan una técnica llamada azúcar hilado.
Desafortunadamente para ellos, ninguna máquina en ese momento podía hacer tal cosa. Sin embargo, Morrison y Wharton no se desanimaron y continuaron buscando una manera de implementar su idea. Uno de ellos encuentra entonces el ingenioso truco de colocar un cono en el centro de una olla y hacer que gire lo más rápido posible. Así, la fuerza centrífuga creada, acompañada de la alta temperatura, tendrá el efecto de inflar el azúcar y convertirlo en una especie de filamentos que se enredan alrededor del cono.
Después de varias pruebas y pequeñas correcciones técnicas, los dos amigos terminaron desarrollando y patentando su máquina en 1897. Entonces nació oficialmente el algodón de azúcar.
Saint-Louis, primera presentación al público
En 1904 tuvo lugar la Feria Internacional de Saint-Louis, en el Estado de Missouri. Esta es la feria más grande que el mundo haya visto jamás; duró 7 meses y se extendió por más de 5 kilómetros. Por lo tanto, es un evento importante para Morrison y Wharton, que presentan su producto bajo el nombre de “Fairy Floss”. Los visitantes pasan y, poco a poco, las solicitudes son cada vez más numerosas, a pesar del precio relativamente alto de una golosina (25 céntimos). Al fin y al cabo, es un éxito para los dos compañeros: ¡casi 68.500 unidades vendidas! No se puede negar, es un gran éxito, mucho más alto que todas las expectativas de los dos hombres.
Josef Lascaux, la próxima generación
En 1920, más de 15 años después del fenomenal éxito de Fairy Floss, Josef Lascaux se inspiró en la receta de Wharton y Morrison y produjo su propia confitería a la que dio el nombre de Cotton Candy. ¡La ironía del destino querrá que este Lascaux sea dentista, como William Morrison! Patentó su máquina en 1921, un diseño muy cercano al original.
El éxito internacional del algodón de azúcar
Tras la toma de posesión de Josef Lascaux, el “Algodón de Caramelo” irá de éxito en éxito, año tras año, hasta llegar a otros países, al otro lado del Atlántico. De simple repostería original, se convertirá con los años en un auténtico fenómeno mundial , imprescindible en parques de atracciones, ferias y otros eventos, hasta la actualidad.
En 1934, Candy Cotton recibió el sobrenombre de algodón de azúcar en Francia, debido a su forma filamentosa, similar a la de la barba de un anciano. Los italianos adoptarán el sobrenombre de “Zucchero Filato”, los españoles el de “Algodon de Azucar”. Incluso en Asia, donde los países no son especialmente conocidos por albergar sociedades de consumo, el algodón de azúcar logra encontrar un lugar por sí mismo, donde se ganará los seudónimos de “Long Xu” en China, literalmente Dragonbeard, o incluso el de “Kkul Tarae”. en Corea del Sur
Estos apodos, simpáticos y bonachones, atestiguan el éxito fenomenal y mundial del algodón de azúcar entre las clases trabajadoras.
Recetas que evolucionan
Desde la concepción del algodón de azúcar revisada por Josef Lascaux, la receta se ha mantenido casi invariable, excepto en algunos países (volveremos sobre esto). Algunas adiciones aquí y allá han hecho posible diversificar los gustos y brindar una gama más amplia de opciones al consumidor.
Inicialmente, el algodón de azúcar tenía un color rosa pálido y sabor a fresa; Con el paso de los años han ido apareciendo nuevos sabores y colores. Así se podía ver en los mercados algodón de azúcar con sabor a melocotón, mango, turrón, pistachos, cítricos, etc.
Incluso si estas nuevas opciones han cambiado el juego al traer más sabores, la receta sigue siendo generalmente la misma que al principio: solo cambian los ingredientes.
En Asia, las cosas son diferentes; el algodón de azúcar no es fiel a la receta tradicional, sufre algunas modificaciones. Así, en China, Long Xu se produce añadiendo ciertos ingredientes, como harina de arroz o jarabe de azúcar. En Corea, los dulces son más densos y pequeños y, a menudo, incluso se rellenan por dentro con diferentes ingredientes.
Estados Unidos, que sin embargo sigue siendo el país de la creación del algodón de azúcar, organiza cada año un festival especialmente dedicado , que tiene lugar cada 7 de noviembre.